sábado, 29 de diciembre de 2012

Supercolor 1000 - Primeras pruebas

Admito que mis habilidades como fotógrafo son más bien del montón. De cada 100 fotos, una me gusta y pienso que tampoco es para tanto, sin embargo, no desisto en mi empeño de conseguir alguna que sea, al menos, medianamente bonita.

El experimento con la Polaroid está siendo interesante. Un experimento bastante caro todo sea dicho, a casi 2€ la foto, que me ha hecho que tenga bastante cuidado a la hora de tomar una foto, pero los resultados me están dejando con buen sabor de boca. Los colores que se obtienen y tener el formato físico casi instantáneamente, dan a las fotos un toque único y peculiar. Al principio no sabía muy bien como manejar la cámara y las fotos salen borrosas o con demasiada luz. El invierno y las pocas horas de sol, unido a que no tengo flash, han hecho que no pudiera hacer fotos (o que me controlara), ahora, con un poco de tiempo libre he podido tomar unas cuantas más.

Podéis pegarme por gafapaster y modernito, yo estoy muy contento con mi adquisición y os dejo aquí unas cuantas muestras.







miércoles, 19 de diciembre de 2012

Legendarium de Tolkien

Legendarium es un término puramente tolkendili, ecúmene para los griegos. Es un término que usado para designar el conjunto de tierras conocidas por una cultura pero que para el caso de Tolkien se usa de manera que engloba todos los textos literarios que hablan sobre una mitología concreta o, más específicamente para este autor, sobre la Tierra Media.



J.R.R. Tolkien tenía la intención de dotar una mitología propia a su mundo anglosajón y bebió de numerosas fuentes entre las que destacar la escandinava pero aportó elementos de cosecha propia como fueron los hobbits o su conocida afición filológica como la de crear e inventarse lenguas fantásticas. Esta extensa y laboriosa obra que inició con la publicación de El Hobbit y la trilogía de El Señor de los Anillos (además de algunos poemas) quedó inacabada a su muerte y parcialmente completada con la publicación de los escritos de El Silmarillion y Los Hijos de Hûrin (además de multitud de cartas, y otros libros de ensayo) gracias a su hijo Christopher Tolkien. Pero en mi opinión estas pinceladas sobre la historia de Arda y el subcontinente de la Tierra Media no pudieron ser más acertadas pues dejó numerosos vacíos que no hacen sino engrandecer el mundo que describió: ¿Qué pasó con los magos azules? ¿Eran malvados todos los hombres al sur y este de la Tierra Media o también hubo movimientos de resistencia como en el oeste? ¿Y los enanos? ¿Qué fue de ellos? ¿Y los elfos? ¿No había en otro lugar? ¿Todos marcharon hacia las Tierras Imperecederas?

Cada fan de la Tierra Media tiene su propia Tierra Media, como él la ha construido, con sus misterios y sus elucubraciones. Cada nueva información que conseguimos de este mundo la atesoramos, como si fuéramos exploradores en terreno ignoto; la genialidad de esta obra no reside en la historia en sí, sino en la fascinación que me ha supuesto desde mi infancia, hubo obras de fantasía antes de El Señor de los Anillos y las ha habido después, pero ninguna con la ambición de ésta. 

No hablo de Tolkien y su legendarium tan a menudo de lo que querría (y la mitad de lo que yo querría es menos de lo que la mitad querríais), pero me pasaría tardes enteras maravillado entre estas fantasías. Así que habla, amigo, y entra, que estoy siempre dispuesto a ello, desde los salones de Khazad-Dûm hasta las terribles planicies de Mordor pasando por los bosques de Beleriand o las Montañas de Nubladas.

Entrada dedicada a @CristinaRFV, @Menelwencilla y @Manduaper. Por compartir la afición "tolkendili".

lunes, 17 de diciembre de 2012

Locos por vivir

“Las únicas personas interesantes para mí son las que están locas, locas por vivir, locas por hablar, locas por ser salvados, deseosos de tener todo a la vez, los que jamás bostezan ni dicen cosas intrascendentes, sino que arden, arden, arden, como esas fabulosas velas romanas que explotan como arañas entre las estrellas para dejar una luz azul central que al explotar hace que todo el mundo quede boquiabierto y exclame: ¡Ahh!” 
- Jack Kerouac


viernes, 14 de diciembre de 2012

Un viaje inesperado

Hoy es el día:


Far over the misty mountains cold
To dungeons deep and caverns old
We must away ere break of day
To seek the pale enchanted gold.
The dwarves of yore made mighty spells,
While hammers fell like ringing bells
In places deep, where dark things sleep,
In hollow halls beneath the fells.
For ancient king and elvish lord
There many a gloaming golden hoard
They shaped and wrought, and light they caught
To hide in gems on hilt of sword.
On silver necklaces they strung
The flowering stars, on crowns they hung
The dragon-fire, in twisted wire
They meshed the light of moon and sun.
Far over the misty mountains cold
To dungeons deep and caverns old
We must away, ere break of day,
To claim our long-forgotten gold.
Goblets they carved there for themselves
And harps of gold; where no man delves
There lay they long, and many a song
Was sung unheard by men or elves.
The pines were roaring on the height,
The winds were moaning in the night.
The fire was red, it flaming spread;
The trees like torches biased with light,
The bells were ringing in the dale
And men looked up with faces pale;
The dragon's ire more fierce than fire
Laid low their towers and houses frail.
The mountain smoked beneath the moon;
The dwarves, they heard the tramp of doom.
They fled their hall to dying -fall
Beneath his feet, beneath the moon.
Far over the misty mountains grim.
To dungeons deep and caverns dim
We must away, ere break of day,
To win our harps and gold from him!


martes, 4 de diciembre de 2012

El Puente de Alcántara


Hace ya muchos años que leí este libro, tres personajes: un médico judío sevillano, un hidalgo cristiano castellano y un poeta musulmán andalusí en el perfecto y desconocido mosaico que fue la Península Ibérica en el siglo XI: las taifas de Sevilla, Badajoz, Mérida, Toledo, Zaragoza y Granada; el rey Alfonso VI y el reino de León, el Condado de Castilla, la nobleza aragonesa levantisca y el reino de Navarra. Poner de manifiesto que los reinos del norte empequeñecían ante la grandeza de las ciudades del sur pero que se engrandecieron y alimentaron su cultura a través de ellas. Reyes cristianos se aliaban con los gobernantes musulmanes, los judíos formaban vivían en esa Sefarad e hicieron de la península su casa. Lejos quedaban las conquistas de los musulmanes y eran habitantes de pleno derecho de los terrenos que muchos siglos atrás habían sido el Imperio Romano (la dominación visigoda no cuenta, esos no sabían lo que era gobernar Hispania).


Un clima de caos y conflictos pero también de libertad pues es en los momentos en los que nadie ostenta un poder supremo cuando otras fuerzas cobran más importancia y crece una fuerte cooperación entre distintas culturas que se enriquecen mutuamente. Fueron las primeras cruzadas, normandos y franceses junto a otros reinos cristianos y el desmantelamiento de la riqueza cultural del mundo de Al-Ándalus a manos del Imperio Almorávide, que puso en jaque a estos estados cristianos y los unificó contra el "enemigo común" y fue entonces cuando todo esto se perdió. La dicotomización y la rivalidad abrió un muro norte-sur que aún persiste hasta nuestros días.

Si hay un libro que hizo que me enamorara de la historia, sin duda fue este. Abrió una puerta que será difícil de cerrar.

* * *

-Eso es lo que tú dices, Muhammad -contestó Ibn Ammar-. Tu hijo comparte mis puntos de vista; eso es lo que lo ha puesto de mi parte. Es demasiado inteligente para dejarse influenciar.

-¡Has intentado engatusarlo con tus malditos versos! -gritó el príncipe, con creciente furia.

-Un pequeño poema, Muhammad, sólo dos o tres versos -replicó Ibn Ammar, pero el príncipe lo interrumpió de un grito.

-¿De dónde sacaste las cosas para escribir? ¿Quién te dio el papel? ¿Quién?

-¿Qué importa eso, Muhammad? -respondió Ibn Ammar.

-¡Quiero saberlo! -gritó el príncipe-. ¡Quiero saberlo! -La voz le salía chillona de rabia, e Ibn Ammar comprendió de repente que aquella rabia ya no era fingida. Ya no era una pose, no era un papel estudiado. Era la misma furia que Ibn Ammar le había visto una vez, cuando eran jóvenes, en Silves, y al-Mutamid llamó al verdugo. El hijo del príncipe, con su rostro campechano, ardiendo en celos porque la bailarina a la que amaba con delirio, aunque estaba sin duda a su disposición, a sus espaldas se entregaba a su amigo, más afortunado. La envidia del príncipe, pequeño y regordete, hacia el alto y joven poeta que tenía a su lado, que siempre atraía todas las miradas, escribía los mejores versos y sabía hallar la respuesta más ingeniosa.

¿Había estado alguna vez su amistad, incluso en las épocas más felices, libre de esas tensiones, producto de la diferencia social y ahondadas aún más por el abismo que existía entre el talento del uno y del otro, y por sus evidentes diferencias físicas? Desde el principio, habían sido demasiado distintos para ser amigos. El príncipe, que quería ser todo lo que encarnaba Ibn Ammar y lo tomó por amigo para así, como mínimo, poder estar cerca de su sueño, y el insignificante poeta que ansiaba el poder y sólo podía participar en él a través de ese amigo. ¿No había sido obvio que esa amistad tenía que fracasar? ¿No había sido evidente que el uno, que sólo podía construir sobre su poder ilimitado, volvería algún día ese poder contra el otro?
Ibn Ammar escuchaba los gritos del príncipe. Su voz rebotaba con tal intensidad en la bóveda que Ibn Ammar apenas entendía sus palabras.

-¡Dime quién escribió esos malditos versos! ¡Dime si lo hiciste tú! ¡Dímelo!

¿No eran esas las mismas preguntas que le había hecho hacía ya dos años, inmediatamente después de su llegada a Sevilla? Las mismas absurdas preguntas sobre el autor de aquel denigrante poema que había terminado definitivamente con su amistad. ¡Qué delgada debía de ser la coraza del honor del príncipe, si bastaban unos pocos versos calumniantes para afectarlo! ¡Qué débil era al-Mutamid, qué inseguro de si mismo, qué insignificante, bajo esa conducta ampulosa!

-¡Dime si tu escribiste esos versos! -gritó el príncipe-. ¡Quiero saberlo! ¡Dímelo! ¡Quiero saber la verdad!
-Ya es demasiado tarde, Muhammad -respondió Ibn Ammar en voz baja-. Aunque te dijera la verdad, no me creerías.
- ¡Dímelo! -gritó el príncipe- ¡Dime la verdad!
Iba Ammar lo miró sonriendo.
-Es lo que tú supones, Muhammad -dijo.

Vio que el príncipe se estremecía y se ponía rojo, como si una vena le hubiera estallado en la cabeza. Vio que estiraba el brazo y buscaba a tientas el hacha. Todavía no sentía miedo.

Entre el remolino de imágenes y jirones de recuerdos que le vinieron a la mente se encontraba también aquella inquietante historia que una vez le contara su padre sobre Abd-ar-Rahmán an-Nasir, el gran califa de Córdoba, quien en su lecho de muerte, tras vivir setenta años, cincuenta de ellos gobernando Andalucía en la guerra y en la paz, cogió su diario y contó los días de completa felicidad de que había gozado en toda su vida. El califa había llegado a contar catorce.

Iba Ammar pensó en los días de completa felicidad de que había gozado él. ¿Cuántos habían sido? ¿Bastantes para una vida de cincuenta y cinco años? ¡Cuántas cimas, cuántos abismos! Suficiente de ambas cosas, que, además, eran inseparables. ¡Una gran vida! Nunca había necesitado depositar sus esperanzas en el paraíso. Nunca se había dejado llevar por el miedo al infierno. Había vivido. Ahora veía la muerte ante sus ojos. ¡Qué muerte tan tonta!

No hizo el menor intento de esquivar el hacha. No tenía miedo. Ni rastro de miedo.

- El Puente de Alcántara, Frank Baer

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Potenciales de acción: pensamiento, latido y peristaltismo intestinal - Participación universitaria

Por deformación académica titulo este artículo, de carácter muy personal, que trata sobre algo de lo que se ha hablado en multitud de ocasiones. Pero me apetecía hablar de ello dándole el enfoque de mi -escasa- experiencia y contando un poco lo que estos casi seis años de universidad han supuesto para mí en este aspecto que paso ahora a desarrollar: la participación de los universitarios.


@Josancio mencionó hace un par de años una frase que quedó grabada en mi mente quizás para siempre y es su tristeza ante el decaimiento y final abandono del Aula de Cultura de la Facultad de Medicina, cuyo miembro final fui yo, producto de una ineficiente renovación de los miembros que paulatinamente fueron abdicando en pos de otros objetivos personales (estudios, MIR, representación estudiantil, etc.). El objetivo de un Aula de Cultura, según él, es proporcionar corazón a la Facultad de Medicina, que no se convirtiera simplemente en un sitio donde los estudiantes iban a estudiar, tomar apuntes y marcharse a su casa. Durante mis tres años en activo pude organizar partidas de rol, organizar inmunerables ciclos de cine, excursiones, clases de dibujo, sesiones de fotografía, jornadas lúdicas, conciertos "Fonendorock", viajes y un largo sinfín de actividades de las que me siento orgulloso y que ante mi marcha a "er Varme" (fuera del centro neurálgico universitario de la facultad de medicina que es el Macarena) y la ausencia de más miembros cayeron en un paulatino olvido. Existen otras organizaciones como AJIEMS (Asociación Juvenil Internacional de Estudiantes de Medicina de Sevilla) y la labor de la DAFMUS (Delegación de Alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla) que han sabido suplir de esta ausencia de latido a su manera, hipertrofiando lo que denominó como cerebro y yo denomino "pensamiento" en este artículo. Dejó de lado el apartado lúdico que caracteriza a las aulas de cultura, centrándose en aspectos no menos importantes (yo diría que más incluso) como son diversas actividades formativas o la representación estudiantil. Pero las actividades de ocio que normalmente se organizaban en el aula dan una cohesión y vitalidad a una facultad ya bastante muerta per sé y que no se concibe como un lugar de intercambio de ideas, cooperación, solidaridad y participación que supone la universidad. Echo de menos un sitio donde personas con diferentes intereses se coordinen para llevar a cabo proyectos que saquen de la aburrida rutina estudiantil para crear un ente que a veces se me antoja misterioso como es una actividad organizada por alumnos.


Puede parecer trivial, pero la ausencia de este tipo de actividades guarda relación con la actitud de alumnos y profesores donde su formación pasa simplemente por dar/recoger la lección de turno sobre fisiopatología de la insuficiencia cardíaca y "a otra cosa, mariposa". Que conste que digo recoger porque las clases son un continuo ejemplo de monjes copistas que se dedican a recoger con todo lujo de detalles lo que los dictados de la "fuente incuestionable de conocimientos" que es el eventual profesor. Esta dinámica es pésima, los alumnos lo saben, hay que acercarse a una clase a partir de 3º de carrera para ver la ausencia paulatina de alumnos en las tediosas clases, más aún en esta época de las ciencias de la información, donde la información está accesible para aquellos dispuestos a usarla. Ese modelo basado únicamente en la figura de autoridad para la transmisión del conocimiento podría valer para el medievo, ahora ya no.


He oído a muchos profesores decir que se está perdiendo el talento, la motivación, las ganas de aprender; que la gente no participa, que la universidad es un sitio frío lleno de alumnos ahogados entre montañas de apuntes y profesores subidos a un pedestal, sordos a las pocas voces -apagadas- de algunos estudiantes que intentan revelarse pero acaban siendo consumidos por esa titánica e inexorable rutina. Una manera perfecta de apagar la participación en las aulas y perder así la posibilidad enriquecedora que supone entablar este tipo de relación.



Los mejores y digo MEJORES (en mayúscula, negrita y subrayado) momentos que he vivido en esta facultad, los que más me han ayudado a crecer como persona y los que más me han enseñado ha sido aquellos en los que yo mismo me he visto involucrado, desde proyectos tan "grandes" como fueron las jornadas culturales, pasando por otros de carácter más personal como lo han sido las obras de TroTeaTro hasta nimieces como irse de excursión con compañeros a los que no conocía, sin dejar de lado las exposiciones y trabajos de clase (porque nunca olvidaré la prevención de la brucelosis o los tics infantiles) así como el paciente con fibrilación auricular al que el residente me dejó hacerle la historia o las semanas organizando prácticas o clases perdidas como delegado, en los que hay que poner de acuerdo a alumnos y profesores y que me han enseñado mucho de las personas y de mí mismo.


El nerviosismo los minutos antes de empezar una obra de teatro de la que eres actor, el terror que producen los fallos técnicos de ese cable mal colocado para que se escuche el audio de la película, e incluso la crisis de ansiedad el día antes de un examen son sentimientos que se viven negatividad en ese momento, pero más tarde sufren una especie de transformación hacia la satisfacción. Lástima que muchos se queden en este último.

Este periodo universitario se acaba (quedan algunas cosas pero se acaba para mí) y yo siento algo que comentó @jrlr en su discurso de bienvenida a los de 1º este año, que "la universidad ha pasado por mí y no simplemente he pasado por la universidad". Siento que esta manera de ver las cosas es la que me ha hecho ser quien soy y, sobre todo, lo que hago. Soy una persona normal y corriente pero he conseguido hacer cosas cuyos resultados me han sorprendido y más de uno se sorprendería de lo que es capaz de hacer  si se lo plantea, de lo que puede cambiar su alrededor si está dispuesto a ello. Cada día lo veo, por ejemplo, en los apuntes que hacen mis compañeros del banco de apuntes: bien estructurados, con un contenido basado en las fuentes bibliográficas y redactados de forma que muchos libros didácticos palidecerían, es asombroso lo que podría hacerse si el sistema fuera de otra manera.


Da pena pensar que la universidad se convierta en esto, en diapositivas leídas y copiadas, sin un diálogo de mentes, convirtiendo el saber académico en poco más que el producto de un peristaltismo intestinal lento y pesado.

Esto es, aunque sea casi al final de esta etapa, mi reivindicación personal a que participéis. Podréis cometer fallos -aprenderéis de ellos-, podréis tener grandes victorias -las disfrutaréis-, pero siempre os llevaréis ese recuerdo imborrable de haber tomado parte en algo, aunque sea de forma de forma minúscula, y eso, no se paga ni con las tasas de matrícula más altas que os podáis imaginar. Concluyo con una frase atribuida a ese chinojaponés que inventó la confusión.

Dime algo, y lo olvidaré.
Enséñame algo, y lo recordaré.
Hazme partícipe de algo, y lo aprenderé.

sábado, 24 de noviembre de 2012

#MIR: Semanas 4-6 - "Nadie dijo que fuera fácil"

Nadie dijo que esto fuera fácil.

Me está sorprendiendo el intenso ritmo de estas semanas y siento que en sexto, sin ser un curso muy complejo, estamos en las fechas de mayor cantidad de trabajo. Dentro de poco empezarán a acabarse algunas asignaturas, iremos concluyendo los temarios y aligerando el trabajo. Las cosas se acaban poco a poco y comienza esa sensación de que poco a poco estás terminando esos créditos que te quedan por completar: últimas prácticas en algunos servicios (Cirugía), temarios que ya no volverán a ser impartidos (en su lugar pasarás a estudiarlo tú personalmente) y profesores que no volverán a darte otra clase y se despiden hasta "que seas compañero".

Sobre la academia, la sesión de hoy con Infecciosas ha sido de empacho, debo tomármela con tranquilidad, sin prisa pero tampoco sin pausa, que el trabajo que haga ahora puede tener repercusión en posteriores vueltas... pero primero toca acabar el curso.



Urología, Traumatología, Infecciosas y 2º Simulacro... vamos tomando carrerilla...

Último mar

Siempre asociaré esta canción a esos atardeceres en Essaouira.

Mar sin nombre y sin orillas,
mar inmenso, infinito y viejo.

Como el espacio a los tiempos
daba máquina a sus olas
padre ciego de la vida y la suerte.

Y durmiendo en cunas y tumbas
yo estaba y la soledad
como un pájaro errante
repitiendo su quejido
desperté y sobre la espuma volé.


martes, 13 de noviembre de 2012

The Impossible Project

Me he comprado una cámara Polaroid. Una Supercolor 1000, del tipo SX 70.

Sí, lo admito, ha sido un capricho.

Pero menuda pasada.


Siempre he sentido atracción por estas cámaras, desde que a mi prima en su comunión le regalaron una rosa chillona con el logotipo de Barbie al dorso. En una época en la que la fotografía digital todavía no era muy accesible e ibas a las tiendas a revelar las fotos que habías hecho con esa camarita de cartón desechable marca Kodak, esperando que no fueran terribles o que al menos no hubieras puesto un dedo delante del objetivo en la mitad de las fotos.

Llegó la fotografía digital, podías ver tus fotos al instante y desecharlas si no habían salido bien, editarlas en el ordenador y almacenarlas "ad infinitum", sin que ello suponga una pérdida de la calidad de las mismas. Sin embargo, el gusanillo seguía ahí, veía una Polaroid en un escaparate y pensaba "Esta puede ser mía", pero no iba a más la cosa. Ciertamente se trataba de un simple capricho infantil.



El pasado viernes, paseando por el centro, entré en Santana, la tienda de fotografía de la plaza del pan. Me asomé al escaparate soñando tener algún día un teleobjetivo o un gran angular como los de la vitrina de cristal y mi mirada se posó sobre las polaroids, despertó.

Al llegar a casa busqué y busqué por Internet, tal vez alguien las vendía de segunda mano... pero no ví nada interesante alguien pudiera ofrecerme y que viviera por aquí cerca (para poder examinar el producto), pero no eran demasiado caras. Pasé a las páginas un poco más "oficiales" y encontré The Impossible Project, una web donde intentaban revivir el concepto Polaroid y habían creado una película de calidad para la cámara y se dedicaban a la reparación de estas cámaras (algunas bastante antiguas), resulta que tenían un distribuidor en Barcelona y tenían tienda online... Uy, uy, uy, me estaba acercando.


Y efectivamente, encontré una cámara a un precio que me podía permitir (aunque cara, a mi modo de ver) y no lo dudé ni un segundo (mentira, lo dudé un rato... esperando que desaparecieran las ganas, pero al final caí) y mía era. Una cámara del año 77, con un diseño sencillo pero bonito. La película (lo más caro, sin duda) la venden en una tienda de Sevilla (Martín Iglesias), por lo que tenía ambos elementos para empezar a hacer fotos.

A ver qué tal la pijada esta... :-)

domingo, 4 de noviembre de 2012

#MIR: semanas 1-3

Aún se hace raro que esté empezando a pasear bajo la sombra del examen MIR, años de carrera donde he procurado contaminarme de esa idea lo menos posible, aunque inevitablemente siempre ha estado presente. Veo a los compañeros que lo están estudiando, a los que lo han pasado y a los que pasarán el año que viene; y resulta algo muy natural, un paso evidente que tomar y por el que pasar.

Sin embargo, sigo yendo a clases y esas prácticas (me refiero a esas de Preventiva II que empezaré la semana que viene), aún el estudio de los manuales resulta algo anecdótico y no me he acostumbrado a que los sábados de academia serán sagrados y maratonianos... y que todavía no hemos llegado a los días frente a los libros, con un temario infinito por cubrir.

Hemos dado tan sólo los primeros pasos; todavía me faltan sesiones de claustro, reuniones en la delegación, juntas de facultad, plenos del CADUS y sesiones de TroTeaTro. No, me niego a aceptar que esté a apenas 15 meses, todavía queda carrera por terminar y por disfrutar.


Fisiología, Psiquiatría y el primer simulacro... En fin, lo que nos queda...

jueves, 18 de octubre de 2012

California stars


I'd like to rest my heavy head tonight on a bed of California stars,
I'd like to lay my weary bones tonigh on a bed of California stars,
I'd love to feel your hand touching mine and tell my why I must keeping working on yes
I'd give my life yo lay my head tonight on a bed of California stars.

I'd like to dream my troubles all away on a bed of California stars,
jump up from my starbed and make another dat underneath California stars,
they hang like grapes on vines that shine and warm the lover grass like friendly wine
so I'd give this world just to dream a dream with you in our bed of California stars.

I'd like to rest my heavy head tonight on a bed of California stars,
I'd like to lay my weary bones tonigh on a bed of California stars,
I'd love to feel your hand touching mine and tell my why I must keeping working on yes
I'd give my life yo lay my head tonight on a bed of California stars.

I'd like to dream my troubles all away on a bed of California stars,
jump up from my starbed and make another dat underneath California stars,
they hang like grapes on vines that shine and warm the lover grass like friendly wine
so I'd give this world just to dream a dream with you in our bed of California stars.

So I'd give this world just to dream a dream with you on our bed of California stars

To dream a dream with you...

lunes, 15 de octubre de 2012

Coplas a la lesión del ciclista

Despierte el alma dormida,
apagas el despertador,
despereza
la luz del día en venida
del tráfico ni el fragor
endereza.

Te levantas, te encuentras,
y con un salto al pasillo
esto empieza
café en mano y mientras
tuestas aquel panecillo,
él tropieza.

Impulso por fuerza a pedal
circulas por aquel carril,
tal vez deba
cuidarse de aquel roquedal,
y tomar el ferrocarril
como prueba.

Por un defecto de la edad
o por despiste de nadie
has errado
por la súbita gravedad
y mala postura del pie,
ha quebrado





miércoles, 3 de octubre de 2012

El anciano Yärea

Tolkien y su mundo constituyen para mí un paraíso al que evadirme en momentos de necesidad de introspección, realmente disfruto leyéndolo (y releyéndolo) y encontrando nuevos sitios que explorar, inventándome lugares y recreándolos en mi imaginación. Considero mis elucubraciones tolkendilis vagas y torpes, pero disfruto escribiéndolas en parte porque escribir es evocar de nuevo aquellas fantásticas sensaciones al descubrir territorios desconocidos en las páginas de un libro una aburrida y calurosa tarde de verano. "Sinyarma Arvedui" no es más que eso, un -torpe- intento por rozar, aunque sea con la punta de los dedos, esa sensación.

* * *

Enfadado por el rumbo de ciertos acontecimientos personales salí de casa con ganas de huir de todo aquello que me rodeaba, como un niño que no hace caso a lo que sus mayores le indican que está bien. Tomé el camino, rumbo este y proseguí toda la mañana caminando sin una ruta definida, alejándome de las rutas principales y evitando el contacto con cualquier persona. A mediodía había cruzado el Lago Evendin y, movido por la curiosidad, me desvié hacia el sur, hacia la silueta de tres altas torres que dominan las últimas quebradas de Arthedain.



Antaño estilizadas y altos parapeto que indicaban las tierras del reino de Arnor, ahora no eran más que escombros vacíos que constituyen el recuerdo de otros tiempos de esplendor. Una de ellas aún se mantenía en pie y podía verse los días claros desde los Puertos Grises, su silueta siempre me había fascinado y traído a la mente historias de gloriosas batallas y artefactos de gran poder. Para cuando llego a las torres, el sol comienza a ocultarse y las luces se encienden en las granjas cercanas. Desde una de las ventanas más altas de la torre llegaba una luz clara y cristalina, como un rayo de Luna en una noche despejada.

Me apresuré y llamé insistentemente a la puerta. Abrió la puerta una persona muy mayor, la vela que sostenía con su mano izquierda arrojaba multitud de sombras sobre su arrugado rostro. Enarcó una ceja que en su rostro dibujó un millar de nuevas arrugas y dijo un escueto "pasa".

Se movía lentamente y su profundo tono de voz me recordaba al de los pastores de árboles que había escuchado en los cuentos de mi infancia. Subimos por unas intrincadas y altas escaleras hasta llegar a una habitación inmensa, llena de extraños instrumentos y lentes, entre todos ellos hubo un objeto que llamó mi atención, un tubo de cristal ramificado colgaba del centro de la sala y que brillaba gracias a la difracción de los lánguidos rayos del sol poniente.

El anciano miró por su telescopio como ignorando mi presencia y explicó: "Cuando las Remmirath aparecen en el cielo debo guardarme de los viajeros, pues indican la fecha de escasez. Ahora Telumendil está en lo alto y podemos estar tranquilos..." Continuó durante largo rato haciendo consideraciones sobre constelaciones y cuerpos celestes que yo no conocía y cuando creyó oportuno me miró, con una mirada que parecía atravesar mi alma, y dijo: "Huir no resuelve nada, sólo posterga la realidad. Te contaré un secreto".

El anciano dirigió entonces su mirada al objeto que colgaba en mitad de la sala y contó:

- "Yo, Yärea, lo he descubierto porque llevo mucho tiempo existiendo, el universo se expandirá y luego se cerrará en sí mismo. A continuación volverá a expandirse y repetirá este proceso hasta el infinito. Lo que no sabes es que cuando el universo vuelva a expandirse todo será otra vez como ahora; cualquier error que cometas esta vez lo repetirás en la próxima ocasión; todos los errores que cometas los revivirás una y otra vez eternamente. Por eso mi consejo es que esta vez tomes la decisión correcta, porque esta oportunidad es la única que tienes.



Tras esas palabras, volví a casa con el impresionante cielo nocturno como techo. Siempre tenemos la oportunidad de elegir la opción correcta.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Redención de los impotentes

“Escribir al menos para eternizar algo: un amor, un acto de heroísmo como el de Marcelo, un éxtasis. Acceder a lo absoluto. O quizá (pensó con su característica duda, con aquel exceso de honradez que lo hacía vacilante y en definitiva ineficaz), quizá necesario para gente como él, incapaz de esos actos absolutos de la pasión y el heroísmo. Porque ni aquel chico que un día se prendió fuego en una plaza de Praga, ni Ernesto Guevara, ni Marcelo Carranza había necesitado escribir. Por un momento pensó que acaso era el recurso de los impotentes. ¿No tendrían razón los jóvenes que ahora repudiaban la Literatura? No lo sabía, todo era muy complejo, porque si no habría que repudiar, como decía Sábato, la música y casi toda la poesía, ya que tampoco ayudaban a la revolución que esos jóvenes ansiaban. Además, ningún personaje verdadero era un simulacro levantado con palabras: estaban construidos con sangre, con ilusiones y esperanzas y ansiedades verdaderas, y de una oscura manera parecían servir para que todos, en medio de esta vida confusa, pudiésemos encontrar un sentido a la existencia, o por lo menos su remota vislumbre […].”
- Ernesto Sabato, Abaddón el Exterminador


jueves, 27 de septiembre de 2012

The Ballad of Skeletons




Said the President chose Skeleton: "I won''t sign the bill"
Said de Speaker skeleton: "Yes you will"

Said the Representative Skeleton: "I object!"
Said the Supreme Court skeleton: "Whaddya expect?"

Said the Old Christ skeleton: "Care for the poor"
Said the Son of God skeleton: "AIDS needs cure"

Said the Homophobe skeleton: "Gay folk suck!"
Said the Heritage Policy skeleton: "Blacks're outta luck"

Said the Macho Skeleton: "Women in their place"
Said the Fundamentalist skeleton: "Increase human race!"

Said the Nancy's skeleton: "Just say no!"
Said the Rasta skeleton: "Blow, Nancy! Blow!"

Said the Demagoge skeleton: "Don't smoke pot"
Said the Alcoholic skeleton: "Let your liver rot"

Said the Junkie skeleton: "Can't we get a fix?"
Said the Big Brother skeleton: "Jail the dirty pricks"

Said the Mirror skeleton: "Hey, good looking"
Said the Electric Chair skeleton: "Hey, What's cooking?"

Said the Talkshow skeleton: "Fuck you in the face!"
Said the Family Values skeleton: "My family values mace"

Said the NY Times skeleton: "That's not fit to print"
Said the CIA skeleton: "Cantcha take a hint?"

Said the Network skeleton: "Believe my lies"
Said the Advertising skeleton: "Don't get wise!"

Said the Media skeleton: "Believe you me"
Said the Couch-potato skeleton: "What me worry?"

Said the TV skeleton: "Eat sound bites"
Said the Newcast skeleton: "That's all Good night"

- Allen Ginsberg




lunes, 24 de septiembre de 2012

Último año

Me gustaría que el título de esta entrada fuera menos explícito. Decir "último año" suena demasiado simple o quizás incluso algo "apocalíptico", además, es engañoso pues no voy a dejar de estudiar esta "ciencia aplicada" cuando me licencie este año.

Sin embargo no hay duda que -si todo va según lo previsto- dentro de un año por estas fechas esté inmerso en mis estudios del tan temido MIR y dejado atrás tantas cosas que han pasado estos últimos (para esa fecha) seis años. Seis años de los que estoy (y estaré) orgulloso de mi paso por la universidad, resulta casi incontable la cantidad de gente conocida (que me llevo), actividades y cosas hechas (que me llevo), conocimiento y experiencia ganados (y que, por supuesto, me llevo). Ya tocará un artículo ñoño sobre esos seis años en el momento en que sean seis, por ahora no adelantemos acontecimientos.

Pensar que vas a acabar una carrera tan larga a más de uno le supondrá un alivio o un motivo de alegría, para mí también lo es, pero también me entristece un poco, y es que en tanto tiempo uno le coge cariño a estar de un lado para otro, con la tensión del estudio, las prácticas, cosas de delegación y delegado de clase,  correos, emails, apuntes... pero hay que seguir avanzando -"keep going"- y considerar que avanzar, seguir adelante, es siempre algo positivo; salir del Macarena e ir al Valme implicó dejar atrás el Aula de Cultura  pero supuso un cambio de aires renovador, por ejemplo.

El paso del tiempo tal vez endulce demasiado los recuerdos, no seré yo el que me dedique a amargarlos.

Es curioso cómo yo, una persona sin vocación inicial hacia la profesión médica, he ido descubriendo poco a poco lo que significaba y disfrutarla hasta querer verla convertida en mi futuro. No he sido un estudiante modelo (tampoco un desastre, oiga), ni interés que tengo, pero he aprendido y lo he hecho con ilusión y ganas desde el primer día; tal vez mi sed de aprender por el placer de aprender sea lo que me ha impulsado a seguir todo este camino.

Quinto fue duro y áspero, ¿Cómo será sexto?


viernes, 21 de septiembre de 2012

Comienzo


"Escribir es dibujar mi mandala y a la vez recorrerlo."
- Julio Cortázar


Nuevo curso, nueva etapa (estudio del MIR)... y nuevo blog. Sólo pretendo dibujar trazos de lo que se me pase por la cabeza estos días, tratar de hacer de esto una especie de imagen gestaltiana en la que vosotros seáis quienes cerréis con vuestra imaginación los trazos ausentes, los más importantes y que realmente cuentan.

Recorrer entonces el mandala, evolución por medio de la búsqueda de uno mismo, al menos intentarlo. Llegar a un centro tal vez inexistente a través del caos personal. Simplemente publicar lo que a mí me gusta y en cantidades que me apetezca.

Y vosotros podéis leerlo como os dé la gana. Bienvenidos.