domingo, 3 de marzo de 2013

Y cae el telón...

Toca de nuevo otra entrada nostálgica y melodramática, si no queréis veros hasta arriba pringados de mocos y babas lacrimógenas mejor que no sigáis leyendo y cerréis la página. Avisados quedáis.


Mi primera experiencia con esta gente, esta panda de actores-autoproductores fue en invierno de 2008, fui a pedirles pintura para hacer un cartel que indicara los precios de la barra de las jornadas culturales me dijeron que preguntara por Emilio y que fuera al aula 3B que allí estarían "los de TroTeaTro", yo no tenía ni idea de dónde estaba ese aula (¡pobre de mí! Estaba en 1º de carrera y no me había acercado nunca a ese lugar) pero me acerqué a ver. Allí estaban: el olor a pintura y los monos de trabajo los delataban, un aula perdida que nadie usaba, sin equipos informáticos y un montón de decoración de cartulina y madera, algún mueble viejo y mucha dedicación hacia lo que hacían. Apenas recuerdo los nombres de los que estaban, sé que por allí andaba Patri, valiente que daría el impulso a una generación que en breve comenzaría a dedicarse a estudiar el MIR.

El tiempo pasó y no fue hasta las jornadas del curso siguiente cuando volví a hablar con ellos. Los mayores se habían ido pero había muchos nuevos, con Patri al frente: Cristóbal, Diana, Lourdes, Juan Carlos, David... les pedimos que nos ayudaran a promocionar el Fonendorock y las jornadas culturales. Lo hicieron, se vistieron de rockeros y tarareando "Smoke on the water" se pasearon por todas las clases. Ese año este nuevo grupo interpretó "¿A dónde va el romanticismo?" una obra a base de sketches que surgió de la tradición "troteatrera" de San Valentín, donde los actores disfrazados eran mensajeros de las cartas de amor entre los alumnos de la facultad. Esta obra, inicialmente modesta, acabó siendo elegida para el XVIII Certamen de Teatro Universitario y llenaron el teatro Alameda y nos pudimos reír con sus ocurrencias. Aquí fue donde los vi en directo por primera vez, y me encantaron. Corre el año 2009 y el 2º curso acaba rápidamente.


Y en tercero asumo el cargo de coordinador del Aula de Cultura, no llegamos a organizar jornadas culturales pero sí múltiples actividades entre ellas potenciar el "Aula de Teatro", es decir, Troteatro, dedicándoles parte del presupuesto del aula a ellos. Los resultados no se hacen esperar, la compañía crece y  entran Irene, Ezequiel, Sara, Pablo F., Melque, Miguel Ángel, Salud, Pablo L. y María; de nuevo vuelven a participar en la XVIII Muestra de Teatro Universitario con "El Puñal de Plata". Como espectador volví a disfrutarlos, habían mejorado mucho y la obra -aunque cómica- tenía un toque más serio. Arriesgaron con una obra que había escrito un compañero de filología y la hicieron suya. Corría el año 2010 y a pesar de que había sido un curso estupendo para el aula de cultura, ya se iba anunciando el fin: me iba a "ErVarme" y nadie iba a asumir el puesto de coordinador. Todo lo contrario ocurría con Troteatro, que estaba creciendo más y más.



Antes de empezar cuarto me fui con Patri, Cristóbal, María (entre otros) de viaje de paso de ecuador y eso unido a mi ida tal vez fue lo que me motivó a entrar definitivamente en el grupo. Comenzaron los miércoles de teatro en la facultad, ese aula que dos años antes me era desconocida se convirtió en el rinconcito de descanso de los miércoles. Improvisaciones, ejercicios y sobre todo pasárselo bien; la tarde de los miércoles era sagrada y todos hacíamos un hueco para ir. Tenía que ir desde la otra punta de la ciudad pero merecía la pena. En estas sesiones empecé a conocerlos mejor a ellos y a todo lo que ocurría en el "backstage". Conmigo llegaron otros nuevos: Rafa, Pablo D., Fran, Gloria y Bárbara. Otros se marcharon tras la experiencia, pero el grupo principal se mantenía. Mi papel como coordinador del aula de cultura se limitó a agilizar los papeles para pedir las subvenciones... estaba centrado en pasármelo bien con ellos.

Ese mismo otoño se celebraron en la facultad unas jornadas de estudiantes de medicina y el último día, coincidiendo con el día 31 de octubre, disfrazado de un científico loco llamado Dr. Rokitanski irrumpí en el aula magna de la facultad con mis dos sirvientes, Igor y Patsy. Para asombro de los presentes, ese médico de Transilvania Transexual intentaba matar y luego resucitar a alguno de los presentes, su experimento inicialmente es un desastre pero consigue revivir a los muertos del instituto anatómico que inundan el lugar y luego ejecutan el baile de thriller para corroborar que su sistema cerebeloso permanece intacto. No pude estar más acojonado, todo improvisado y divertidísimo. Tanto, que los organizadores luego nos invitaron a la cena y fiesta de despedida. :-)


Pasados los primeros meses empezamos a trabajar en el proyecto de ese año: "Historia de una Escalera" de A. Buero Vallejo. Era una obra seria y un clásico, pasamos de la comedia al drama. Muchos ensayos, preparar escenografía (no olvidaré nunca esas cuatro puertas), texto, texto y más texto. Mi papel era algo sencillo, pero siempre había cosas que hacer y cada granito de arena mejoraría la obra. El resultado: lleno en el teatro Alameda y una experiencia inolvidable. 


Repetimos la obra en el instituto Velázquez delante de unos adolescentes hormonados, ahí el estrés fue la preparación y el sitio, acostumbrados a la Alameda tuvimos que adaptarnos al pequeño auditorio, al ruido y el transporte de material a un sitio inaccesible del centro. El resultado, unos dineros que vinieron muy bien y una de las 4 puertas hecha añicos así como el espejo retrovisor de un coche aparcado fuera (iba con un monstruo de camioneta y las calles eran muy estrechas).


Comienza quinto de carrera y Patri se marcha de Erasmus a Colonia. Ezequiel, Diana y Lourdes asumen la dirección tripartita con mucho empeño, prosiguen los miércoles de teatro. Llegan nuevos pero no se quedan, algunos se marchan pero permanecemos unos cuantos, los de siempre. Lamentablemente no es un año muy productivo, empezamos a trabajar para tener lista "Un Marido de Ida y Vuelta" de Enrique Jardiel Poncela pero el certamen este año se anticipan, los exámenes quedan demasiado cerca y no nos escogen. Este será mi último año como coordinador del aula de cultura antes de su disolución y Troteatro pasa a ocupar el lugar físico donde antes estaba el aula, pierden la exclusividad del aula 3B al ocuparla para dar clases, se permite como lugar de ensayo por las tardes pero el material no puede quedarse ahí. Sin embargo, se recibe el dinero, seguimos teniendo momentos de diversión esas tardes y el año, aunque sin obra, supone simplemente una consolidación de los miembros... tomar carrerilla para dar impulso. Es primavera de 2012 y ya tenemos puestas las miras en el otoño, al nuevo curso. No quedaba otra cosa.


Sexto comienza con muchos interesados en participar: Pepe, Pilar, Juan Antonio, Rafa, Esperanza y Javi. Patri vuelve, aunque "el trío Gaba" (Diana, Ezequiel, Lourdes) siguen con el liderazgo. Organizan diferentes talleres: canto, expresión corporal, interpretación, etc. Lamentablemente no puedo ir a teatro durante el primer cuatrimestre debido a un curso de libre configuración pero se empiezan a dilucidar un par de proyectos: la XXI Muestra de Teatro Universitario y representaciones más pequeñas en residencias y centros cívicos, los recién llegados participan con entusiasmo y antes de lo navidades ya está el primer acto prácticamente preparado. Comienzan los ensayos y la maquinaria teatral se pone en movimiento.


Y aquí llegamos, este año no actúo y me dedico con David a preparar el sonido, la iluminación y la escenografía e intentar ayudar en lo posible a que la obra salga bien. Estoy ansioso por ver la obra estrenada el próximo miércoles y hasta arriba de cosas por hacer, pero no menos contento a pesar de los imprevistos que surgen cada dos por tres. Este es el último año de Troteatro para mí y lo acabo un poco como empecé, ayudando tímidamente a un grupo de personas a las que aprecio (esta vez con el sonido y las luces y no con dinero). Crucemos los dedos para que todo salga bien el miércoles.



















Si hay algo que echaré de menos cuando acabe la facultad será esto. No a ellos porque sé que estarán allí. Este pequeño refugio los miércoles por la tarde, donde unos protomedicuchos hacen otra cosa que no es estudiar, en ese aula desvencijada que huele a pintura y abandonada en una esquina de la facultad. Que sepáis, si leéis alguno esto, que con vosotros he pasado los mejores momentos de estos años y no lo digo por las obras que hemos representado; también por esas comidas en el aula de cultura, esas charlas en el aula, los "foward/rewind", el ir a comprar mobiliario al IKEA, las tomas falsas, las mesas hechas pedazos... en definitiva, esos regalos que han sido los agradables momentos con vosotros.


Patri, Diana, Lourdes, Ezequiel, Sara, Estrella, Cristóbal, Fran, Javi, Pepe, Bárbara, David, Esperanza, Rafa, Juan Antonio y Pilar (espero no dejarme a nadie).

¡Mucha suerte!

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